viernes, 29 de abril de 2011

Una fresa aún escondida bajo los pétalos de su madre.


Cuando era pequeña, muy pequeña,  nada me quitaba el miedo como el  estar  envuelta por las sábanas de la cama de mi madre sintiendo el calor y el respirar dormido de ella. Quizás por eso me gusten las sábanas suaves y ligeras como  pétalos de flor, cien  por cien algodón :-) 
Quizás por eso cada vez que un hijo, en medio de la noche,  llega  a mi cama yo levante las sábanas, sin preguntar nada,  para que él  pueda entrar.






2 comentarios:

Elvira dijo...

¡Qué cosa tan mona! Las flores de fresal que yo he visto son todas blancas, nunca las había visto rosas. Besos

María Corleone dijo...

Son muy lindas y luego muy ricas.
Besos, reina de las flores!